Diferencia entre revisiones de «Gran Reclusión»
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La gran mayoría se retiraron a Doranna, aunque algunos permanecieron en las poblaciones más remotas, que en casos extremos se ocultaron mediante métodos mundanos y mágicos. | La gran mayoría se retiraron a Doranna, aunque algunos permanecieron en las poblaciones más remotas, que en casos extremos se ocultaron mediante métodos mundanos y mágicos. | ||
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− | El factor desencadenante fue el “enfriamiento” de las Corrientes de la Esencia (debida a una caída masiva de kregora desde el espacio, ver | + | El factor desencadenante fue el “enfriamiento” de las Corrientes de la Esencia (debida a una caída masiva de kregora desde el espacio, ver [[Lândalor]]) y el alejamiento de los avatares, que viendo los desastres a los que se había abocado Aredia a lo largo de los milenios, prefirieron soltar la mano de sus fieles (y más cuando Korvegâr y Phôedus habían sido expulsados). Este “abandono” continuó hasta la llegada del avatar Emmán, que marcó el inicio de un nuevo interés de los avatares por la realidad principal. La llegada de Emmán pretendía servir como revulsivo para que las razas arédicas se reunieran contra la amenaza de la Sombra que comenzaba a alzarse de nuevo en el oeste y en los planos superiores de existencia, pero tuvo un efecto algo distinto, con el advenimiento de una nueva religión entre los humanos. |
El caso es que el enfriamiento de las Corrientes (que también provocó un cambio en el reino del Mentalismo) y el alejamiento de los avatares provocaron una reducción de población y un cambio de actitud en las razas míticas (con la posible excepción de los enanos), sobre todo elfos, hidkas y centauros, que provocó que decidieran retirarse a aquellos enclaves que presentaban unas corrientes de esencia más saludables sin que hubieran sido tocados por la Sombra, y esos enclaves resultaron estar casi totalmente en su región de origen, Doranna. | El caso es que el enfriamiento de las Corrientes (que también provocó un cambio en el reino del Mentalismo) y el alejamiento de los avatares provocaron una reducción de población y un cambio de actitud en las razas míticas (con la posible excepción de los enanos), sobre todo elfos, hidkas y centauros, que provocó que decidieran retirarse a aquellos enclaves que presentaban unas corrientes de esencia más saludables sin que hubieran sido tocados por la Sombra, y esos enclaves resultaron estar casi totalmente en su región de origen, Doranna. | ||
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Revisión actual del 22:49 18 abr 2023
La Gran Reclusión fue el proceso, iniciado aproximadamente en el año 1500 antes de Emmán, por el que las razas míticas se retiraron a Doranna y otros enclaves aislados, dejando la mayoría del continente de Aredia poblado casi exclusivamente por humanos.
La gran mayoría se retiraron a Doranna, aunque algunos permanecieron en las poblaciones más remotas, que en casos extremos se ocultaron mediante métodos mundanos y mágicos.
Desencadenantes
La retirada de las razas míticas se produjo después de que estas sufrieran mucho en las Guerras Taumatúrgicas y todas las guerras donde fueron aliadas de Imperio Trivadalma. También se produjo un empeoramiento de relaciones entre los míticos y la Gran Fuerza del Este, y la presión de esta y su explosión demográfica fue otro factor desencadenante. Los míticos no se encontraban cómodos viviendo entre aquellas multitudes de humanos que parecían vivir con una energía desmesurada dada su relativamente corta vida.
El factor desencadenante fue el “enfriamiento” de las Corrientes de la Esencia (debida a una caída masiva de kregora desde el espacio, ver Lândalor) y el alejamiento de los avatares, que viendo los desastres a los que se había abocado Aredia a lo largo de los milenios, prefirieron soltar la mano de sus fieles (y más cuando Korvegâr y Phôedus habían sido expulsados). Este “abandono” continuó hasta la llegada del avatar Emmán, que marcó el inicio de un nuevo interés de los avatares por la realidad principal. La llegada de Emmán pretendía servir como revulsivo para que las razas arédicas se reunieran contra la amenaza de la Sombra que comenzaba a alzarse de nuevo en el oeste y en los planos superiores de existencia, pero tuvo un efecto algo distinto, con el advenimiento de una nueva religión entre los humanos.
El caso es que el enfriamiento de las Corrientes (que también provocó un cambio en el reino del Mentalismo) y el alejamiento de los avatares provocaron una reducción de población y un cambio de actitud en las razas míticas (con la posible excepción de los enanos), sobre todo elfos, hidkas y centauros, que provocó que decidieran retirarse a aquellos enclaves que presentaban unas corrientes de esencia más saludables sin que hubieran sido tocados por la Sombra, y esos enclaves resultaron estar casi totalmente en su región de origen, Doranna.
Disensiones
Los elfos fueron la raza más dividida a la hora de tomar la decisión de recluirse. Una corriente muy poderosa abogaba por reclamar su lugar en el mundo en lugar de olvidarse de él, y, aunque finalmente venció la decisión de la retirada, aquellos recalcitrantes que se negaron a aceptar tal "cobardía" pasaron en su mayoría a engrosar las filas del Vigía.
Situación actual
En la actualidad, las Corrientes de la Esencia se han vuelto a reavivar gracias al "enfriamiento" de la Kregora y la disipación de su vapor (que se produjo en forma de humo negro durante la caída de los meteoritos). Como consecuencia, multitud de voces se han vuelto a alzar en Doranna y en las Islas Ganrith a favor del fin de la Reclusión. Tantas, que se han originado dos corrientes principales en la política dorania: los Conquistadores, encabezados por lord Natarin (señor de Harudël) y que abogan por un retorno a los tiempos de grandeza, y los Cautos, encabezados por lord Enthalior (señor de Egryn Andos) y que defienden mantener el statu quo.